Sernaspirulina produce espirulina de calidad en España de modo sostenible, empleando agua de calidad, luz solar y minerales.

Todos los materiales empleados para el cultivo están certificados para su uso alimentario. Tras el cultivo del alga, la espirulina pasa por un pre- filtrado y un filtrado, y posteriormente se prensa al vacío para no dañar los filamentos de la espirulina. De este modo obtenemos una biomasa, que extendemos en bandejas en capas inferiores a 2 mm para secar mediante una deshidratación a baja temperatura (inferior a 40˚ C) en un secador solar que junto con la ayuda de un des- humificador nos ayuda a conservar toda su riqueza nutricional.

El filtrado del alga nos permite devolver el agua junto con el alimento a las balsas reciclando de este modo el agua del cultivo se recicla de modo continuo. La agitación del alga se realiza mediante el empleo de bombas soplantes, que cogen el aire puro del exterior del invernadero y lo introducen en el interior de las balsas, permitiendo que el alga crezca en condiciones óptimas, ya se mejora la distribución de los nutrientes, de la temperatura y del alga en el interior de las balsas, ayudando a optimizar las reacciones de fotosíntesis garantizándonos un exponencial crecimiento del alga.

Finalizado el secado del alga, obtenemos la espirulina en tres formatos: copos crujientes, ideales como snacks o para añadir en cualquier receta de cocina (ensalada, legumbres, arroz, pasta…) ya cocinada, para no exponer a la espirulina a más de 40 ˚C, ya que sino perdería su valor nutricional.

El segundo formato es la espirulina en polvo, idealtext-justify para añadir a zumos, batidos, yogures…. Y finalmente comprimimos la espirulina para tomar en comprimidos con un poco de agua. Finalmente se procede a su envasado y ya esta lista para consumir un producto de excelente calidad nutricional.